Antonio
Francisco del Río Canedo: un
espía de los Montes de Toledo durante le Guerra de Independencia.
Toledo y su provincia, quizás por la proximidad a Madrid, fue
una zona donde acontecieron importantes hechos en la Guerra de Independencia
española. Batallas como la de Talavera, Ocaña y Almonacid lo atestiguan.
Durante esta Guerra contra Napoleón, surgen espontáneamente
en todo el territorio nacional las guerrillas. Esto se vio favorecido por la
orografía complicada, la abundancia de desfiladeros y pasos angostos, que
permitía a estas guerrillas el hostigamiento a las tropas francesas.
Conformaban estas guerrillas gente sin formación y soldados de ejércitos
regulares..
Toledanos y monteños militarán en estas guerrillas. Estas
formaciones comenzarán a atacar los correos franceses y pequeños destacamentos.
En la zona de San Pablo de los Montes, Navahermosa, Menasalbas y Gálvez se
forma un pequeño grupo de caballería que se autodenomina Comandancia del Cuerpo de Observación de la
Izquierda del Tajo. Esta zona sirvió de refugio a muchos habitantes
de Toledo, sobre todo religiosos y religiosas.
El guerrillero Ventura Jiménez se desplaza hasta Puertollano
y acompañando a las tropas del General Benegas cerca la ciudad de Toledo donde
una pequeña guarnición francesa se atrinchera en el Alcázar. El 2 de agosto de
1809 roban 400 carneros que los franceses tenían en el Charcón de la Vega.
La partida de Ventura Jiménez junto con la de Isidoro Mir
atacan la ermita de la Virgen de la Oliva de Almonacid donde los franceses
habían instalado un hospital de sangre y prisión para españoles. Tras hacerse
con la ermita acuden a conquistar Almonacid. Estos hechos le valen a Ventura el
grado de capitán.
La sorpresa, su movilidad y el actuar en retaguardia fueron
los principales factores de su éxito de estas guerrillas.
En 1810, tras el ataque sobre el Puente de San Martín,
Ventura Jiménez es herido y muere en el hospital de los Navalucillos, el 20 de
junio de dicho año. En su iglesia parroquial es enterrado como lo atestigua su
partida sacramental.
Otro guerrillero proveniente de Argés llamado Ambrosio
Carmona El Pellejero ( se dedicaba al trabajo de las pieles ) fue nombrado
comandante de la Junta Central. Su lucha y odio a los franceses se incrementó a
ser violaba por los franceses su esposa, Gregoria Yébenes. A él se unieron mozos de Argés, Layos, Guadamur, Cobisa,
Burguillos y Nambroca. Tal fue su fama que se puso precio a su cabeza.
La codicia llevó a dos miembros de su partida a venderle a
los franceses ( Lorenzo y su cuñado Tomás Yébenes ) que fueron condenados a
muerte.
Muchos de estos actuaban como simples confidentes pero hubo
un personaje que sí actuó como un verdadero espía: Antonio
Francisco del Río Canedo.
Nació en San Clemente en 1770 y estudia para militar en
Madrid. En 1798 es nombrado Alférez de Caballería, en la Guardia de Corps de la
Compañía Española. Ya retirado ( no se sabe la causa ) participa en los
combates de diciembre contra los franceses en Madrid. Es herido y se traslada
con su familia al municipio de Noez donde pasará a trabajar como administrador
de las tierras del marqués de Alcañices.
Estaba muy bien relacionado dentro de los altos mandos
franceses de la capital toledana ( 1810 ). Su buena relación con el ejército francés hará que sea visto como "afrancesado"; pero su actuación hizo que Noez y otros pueblos cercanos estuvieran libres de pagar impuestos y gabelas al ejército enemigo.
Tras las malas cosechas de grano de 1812 que provocaron grandes mermas en los almacenes de grano franceses, el ejército francés comenzó una política de actuaciones de extorsión y hostigamiento, bajo amenazas de
muerte, por todos los pueblos. La influencia de Francisco Antonio
del Río Canedo hace que esta presión sea menor en los pueblos de nuestra comarca ( Layos, Argés, Gálvez y Guadamur ). Salvó a muchos vecinos de Navas de Estena, Retuerta y Menasalbas de una muerte
segura.
Además consigue que Noez no sufra el acantonamiento de tropas
francesas y evita que varios vecinos del pueblo cercano de Polan sean ejecutados por no pagar su contribución de grano.
Él, por su posicionamiento y relaciones personales, podía acceder a mucha
información de los movimientos de las tropas enemigas. Estas informaciones eran trasladadas al coronel José
González de la Torre, Veedor de la Junta Superior de la Provincia de Toledo y
el capitán Andrés Leith Hay, representante de Wellington, a través de un
paisano llamado Domingo García y un soldado llamado Eulogio.
Al ser descubierto en una de sus informaciones se ve obligado
a esconderse de los franceses en San Pablo de los Montes donde varias veces
intentan capturarle; pero es ocultado por los lugareños.
Al finalizar la guerra retoma su trabajo como administrador
del Marqués de Alcañices en Noez y otros pueblos cercanos.
Bibliografía:
.- Alonso
Revenga, Pedro Antonio: “ Guerrilleros y espías en los Montes de Toledo durante
la guerra de independencia”.
.- Jiménez de
Gregorio, Fernando: “ La guerra por ka independencia en Toledo y su provincia a
la luz de nuevos documentos ( 1808-1815 ).