La Liebre ibérica (Lepus granatensis), es un animal típico del campo español, de la familia de los conejos (lagomorfos), miden entre 44 y 50 cm., y pesan entre 1,5 y 2,6 kg. Son muy parecidas al conejo, así que suelen confundirse con éstos, se diferencian en el mayor tamaño de las orejas, que en las liebres, miden entre 9,3 y 10,5 cm. Las hembras son ligeramente más grandes que los machos y pueden llegar a pesar 3,3 kg. Son animales crepusculares y nocturnos, durante el día suelen estar en reposo, agazapadas en endiduras y huecos en el suelo, llamados "Camas". Son nómadas, así que no defienden ningún territorio concreto. Entre ellas establecen una jerarquía, en la que los machos dominantes ocupan las mejores posiciones para alimentarse y aparearse con las hembras. Se reproducen durante todo el año, aunque mayoritariamente, ocurre entre febrero y abril, y luego en junio y julio, en la primera camada las hembras tienen 1 ó 2 crías, y en las posteriores tienen 3 ó 4. El embarazo dura entre 42 y 44 días, y cuando las crías nacen, lo hacen sin el olor de los adultos, lo que les ayuda a ocultarse de los depredadores. Una liebre de menos de un año, se denomina "lebrato".
Una facultad de las liebres hembras, es que pueden guardar el esperma de un macho, incluso después de aparearse con otro, lo que les permite tener una nueva camada en poco tiempo, además si el embarazo se interrumpe, no abortan, su cuerpo reabsorbe el feto. La liebre ibérica es herbívora, y se adapta a prácticamente cualquier hábitat, desde montes hasta marismas, se dispara su población, en zonas de cultivos intensivos, donde pueden causar daños económicos importantes a los agricultores.
Pueden encontrarse en toda la península, excepto en la cornisa Cantábrica y al norte de río Ebro, donde está en declive o desaparecida.
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