El Folklore de Castilla-La Mancha: los Montes de Toledo.
El Laúd.
Otro de los instrumentos más
característicos del folclore de Castilla-La Mancha y de los Montes de Toledo es
el laúd.
Su evolución y desarrollo ha
dejado sus huellas tanto en civilizaciones de Oriente ( China, India, Siria,
Egipto… ) como en Occidente.
En China se le conoce con el
nombre de “´P’i-P’a”. Era un instrumento de cuatro cuerdas que era tocado con
los dedos. Se utilizaba para acompañar poemas épicos ( batallas y hechos
históricos importantes ). Existía otro tipo de mango más largo y caja de
resonancia redonda que era tocado horizontalmente que se llamaba “xia tao”.
Los hindúes fabricaron otro
prototipo de laúd llamado “Vinâ”.
Los primeros faraones utilizaban este
instrumento junto con arpas y cítaras en las ceremonias religiosas y en las
fiestas. Los artesanos sirios copiaron el instrumento.
Los griegos tenían grandes
virtuosos de este instrumento pero realmente el origen del laúd actual lo
podemos encontrar en el laúd oriental llamado ‘Ud que nace en el Sur de Asia,
Asia Menor, Irak y Siria desde donde penetrará en la historia de la música
árabe.
Los musulmanes lo llevarán a
Italia y a la España musulmana ( Al-Andalus ) adquiriendo gran renombre al
convertirse Al-Andalus en el centro mundial de la música y la cultura. Los
comerciantes y estudiantes lo extendieron por toda Europa.
Al término árabe ud se le añadirá
el artículo al, formando la palabra casi actual alaud o alaude. En la España
cristiana medieval era un instrumento poco utilizado porque se estaba más
cercano musicalmente a la guitarra tocada con rasgueo.
El laúd árabe era tañido con la
punta de una pluma, a modo de plectro, pero su evolución en Europa pasa por ser
tocado con los dedos.
Hasta el s.XIII este instrumento
estaba realizado con el vaciado de un bloque de madera ( caja monoxyle ), con
tapa de piel ( en el s-XVII se reemplaza por madera ), roseta central y cuerdas
dobles paralelas a la caja hechas de tripas de cordero.
Los trovadores lo utilizaban para
acompañar sus canciones.
El instrumento se extiende por
Europa en la Baja Edad Media. Se toca en Francia ( leus, citoles, guiternes)
pero fue en Italia, durante el s.XIV, cuando adquiere virtuosismo.
En España se representa en el códice 353 del Escorial
de las “Cantigas de Santa María” de Alfonso X el Sabio.
El número de notas de este
instrumento superaba al de las sílabas cantables por lo que surge la tradición
de enriquecer el canto “doblando” el instrumento.
La técnica de interpretación se
va mejorando en el s.XV y aparecen laudistas
profesionales en cortes como las de Saboya, Borgoña y Provenza que llevaban
junto a su nombre en apelativo de alamand” o “alamant”, como signo d experto en
este instrumento.
En el s.XVI aparece una nueva
forma de laúd de 12 cuerdas en Inglaterra ( originalmente tenía 5 cuerdas ) que
servía como acompañamiento de melodías pero era tocado con los dedos no como el
laúd árabe.
Van apareciendo publicaciones de
música de este instrumento. Destacan Spinaccino, Bossinensis, Arnol Schlick,
Judenkunig, Milano y Willaert.
En 1574 formaba parte de todas
las ceremonias reales y las cortes tienen músicos especialistas del laúd.
Durante 500 años sufre, a lo
largo del tiempo, muchos cambios estilísticos.
Durante el Renacimiento y el
Barroco tiene un valor primordial pues puede ser tocado “polifónicamente”, es
decir, a varias voces que se mezclaban en el contrapunto de canciones y
madrigales.
En el s.XVI este instrumento
pervive en España con otro instrumento estrella: la vihuela.
Según una tesis de Adolfo
Salazar, la vihuela no es otra cosa que una adaptación de la técnica del laúd a
la guitarra, que fue el instrumento más popular de la España medieval.
Frente a la técnica del rasgueo
de la guitarra, la vihuela y el laúd se punteaba dando mayor elegancia y
sofisticación. Por lo tanto, para Salazar la vihuela sería una guitarra más
pequeña, semejante al tamaño del laúd que se interpretaba siguiendo la misma
técnica que el laúd.
En el Renacimiento existían
laudes de diferentes tamaños, afinados en función de su tiro para tocar, a dúo,
trío o cuarteto. Praetorius nos habla de siete tallas diferentes del laúd.
En el s.XVI y XVII es instrumento
preferido en fiestas de la aristocracia, acompañando a los cantantes en las
canciones.
En el s.XVII, la escuela francesa
tenía gran fama por su refinamiento, calidad y subtibilidad técnica.
A inicios del Barroco se añaden
las cuerdas graves. Se va convirtiendo su música en más teatral gracias a los
ballets de la corte.
En Italia hacia 1650 o Francia en
1680, el laúd fue relegado por el clavecín.
El laúd cayó en el olvido en los
inicios del s.XVIII.
Actualmente forma parte del
folclore y las canciones populares y es uno de los instrumentos típicos de las
“tunas universitarias”.
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Laúd español. |

Sonia García Sánchez