ALBÓNDIGAS DE BACALAO
Desde la antigüedad se
han utilizado métodos de conservación de alimentos como el ahumado, la
salazón,…que se empleaban, como su propio nombre indica, para conservar los
alimentos y poder consumirlos en un futuro.
El bacalao, ha sido el
pescado usado para la salazón por excelencia. Como en la zona donde nos
encontramos, centro de la península, no había la posibilidad de consumir
pescados frescos, ya que no se disponía de transportes adecuados para tal fin,
el único pescado que llegaba a las casas era el bacalao. Esto hizo que las
recetas de pescado de los pueblos de esta zona se centraran en el bacalao como
producto marino estrella.
Es un pescado blanco,
sabroso y de textura fina, utilizado para una gran multitud de recetas. Se
puede encontrar en el mercado en toda época del año y de diferentes formas,
salado, al punto de sal, congelado, fresco,…
Son muy famosas recetas
de bacalao tradicionales tales como: bacalao con tomate, atascaburras, potaje
de vigilia,… todas ellas muy diferentes basadas en el mismo producto.
INGREDIENTES:
- 250g de bacalao
- 2 patatas grandes
- 4 dientes de ajo
- 3 huevos
- Unas hojas de perejil
- Aceite de oliva
- Sal
- Harina
ELABORACIÓN:
- Poner el bacalao el día antes a desalar cambiando el agua tantas veces sea necesaria.
- Pelar y cortar las patatas en rodajas finas, poner en una cacerola con agua y añadir el bacalao desalado. Cocer todo junto hasta que la patata esté tierna.
- Escurrir, y limpiar el bacalao de piel y de espinas.
- Estrujar con un tenedor la patata y el bacalao.
- Añadir los huevos batidos y el ajo y el perejil picados. Mezclar bien y añadir una pizca de sal. Dejar reposar de un día para otro.
- Formar bolitas de tamaño al gusto y rebozar en harina.
- Poner una sartén con el aceite de oliva al fuego y freír las albóndigas.
- Una vez bien doradas sacar a un plato con papel para que escurran el exceso de grasa.
- Se pueden comer frías, calientes o templada.
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