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lunes, 20 de agosto de 2018

El Folklore de Castilla-La Mancha: Los Montes de Toledo. La Bandurria


El Folklore de Castilla-La Mancha:  los Montes de Toledo.

La Bandurria.

Otro de los instrumentos musicales que nos ofrece el folclore de Castilla-La Mancha y de los  Montes de Toledo es la bandurria.

Se cree que este instrumento proviene de la palabra sumeria pan-tur hace 4000 años o del griego y romano ( pandoura-pandura ).

En el latín medieval encontramos las variantes mandurium y pandurium.

El canto gregoriano supuso una unidad de forma hasta que comenzó la música popular no litúrgica que será transmitida por los juglares.

Los trovadores eran socialmente más refinados que los juglares, hacían composiciones propias muy diferentes a los cánones eclesiásticos gregorianos y en lengua vulgar desde mediados del s.XIII.

En la península ibérica durante la Edad Media conviven tres culturas diferentes: la judía, la cristiana y la musulmana que provocó una gran riqueza cultural a pesar de las grandes diferencias entre ellas.

En la Edad Media se define la bandurria como un “laúd corto” con caja de pera, trastes y clavijero en forma de hoz pero realmente la bandurria no es propiamente un laúd como tampoco lo es la guitarra.

Aparece por primera vez representado este instrumento en un porche de Jaca del s.XII y en la miniatura nº 50 de las Cantigas.

Las Cantigas de Santa María, El Libro de Ajedrez, etc de Alfonso X el Sabio nos permite estudiar la evolución de este instrumento. Aquí aparece la “bandurria medieval” entre otros muchos instrumentos musicales tocados por moros, judíos y cristianos.

Miniatura alfonsina
El Código Escurialense es el códice más completo en donde además de instrumentos aparece música. Por ello se le considera códice “prínceps” de la religiosidad lírica del s.XIII. Se elaboró hacia 1279.

Códice Escurialense

Varias miniaturas alfonsinas nos revelan la existencia de posibles bandurrias pero otros creen que son “mandoras”.

Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita en el Libro del Buen Amor se refiere a ella como “la neçiacha bandurria allí pone su son “y el Arcipreste de Talavera las denomina “banborras”.

En el inventario de bienes y alhajas de Felipe II de 1602 la describe así: “una bandurria de cuatro órdenes, de tapa de enebro y barriga de concha natural de tortuga. Otra bandurria de cuatro órdenes, de boj y con un rostro de mujer por remate”.

De todo ello se deduce que en Castilla la bandurria era un instrumento ovalado, de fondo abombado y clavijero en hoz con una cabeza tallada en el extremo y caja de resonancia de tortuga. Además se tañía con plectro.

Su uso se empieza a extender en el s.XIII al igual que el laúd cordal frontal. En el s.XIV se le llama indistintamente guitarra, manduria o vanduria. En la Baja Edad Media es frecuente su inclusión de bellas mandoras, con rosetones calados en sus tapas y tallas artísticas en sus clavijeros.

¿ Por qué esta diversidad de nombres? ¿ Es realmente el mismo instrumento?

Muchos piensan  que esto es debido a la mala catalogación o sus falsos nombres pero se nos olvida que influjo local y las modas hacen que las denominaciones cambien.

A través del Camino de Santiago las influencias llegaron a la península ibérica a través de Francia y Navarra, zonas fronterizas.

Por lo tanto, a lo largo de la historia existió un cordófono al que se le llamó de diversas formas (dependiendo del lugar, reino, país, región, idioma…) llamado bandurria aunque también guiterne o guitarra morisca que es más bien un tipo de laúd.

En el s.XIX la bandurria varió totalmente su morfología hasta adquirís su forma actual de seis cuerdas dobles ( 5 cuerdas dobles en el s.XVIII ).

Se convierte a partir de este momento en un instrumento de carácter folclórico usado en Coros y música popular en casi toda España pero, sobre todo, en Aragón, Castilla, Murcia y Extremadura.

Bandurria Actual.
Bandurria Renacentista.



Bibliografía:
.- Chamorro, Pedro: “Estudio de la bandurria en la Edad Media”.
.- Rey, Juan José; Navarro, Antonio: “Los instrumentos de púa en España, bandurria, cítola y “laudes españoles”; Ed: Alianza, Madrid, 1993.

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