LA JARA ROSA:
Es una estepa siendo éste el nombre que se aplica a
todas las jaras en general, son conocidas como citus que dá nombre a la
familia de las cistáceas. Es un arbusto que crece en las zonas de degradación
que ha sido asolada por ejemplo por los incendios.
Esta es una de las
pocas especies de jaras que no tienen flores blancas, sino rosadas, de
5 cm de diámetro y solitarias o en grupos de tres o cuatro, en la
terminación de las ramillas. Se da en cualquier tipo de suelo en su área de
distribución (mediterráneo), aunque prefiere los suelos ricos en cal se usa con
frecuencia en jardinería, este tipo de jara no es pringosa haciéndola diferente
a la jara blanca que sí lo es, esta sustancia pringosa tiene la propiedad de
inhibir el crecimiento de otras plantas, esto explica la gran capacidad
colonizadora de esta especie que permite formar grandes extensiones de
matorrales.
Crece junto a las
encinas muy común y extendida en nuestra sierra, sobre todo en la parte que
linda a la Jarosa, de ahí su nombre, su cultivo es poco delicado y aguanta muy
bien las altas temperaturas, crece junto con el tomillo y el pino.
Su
capullito tiene forma de globo, crece con explosiones, apareciendo arrugada y
poco a poco se va estirando, soltando su pereza, sus flores son grandes de
hasta 10 cm de diámetro.
Su
vida es corta y efímera como la de los amores breves. Sus hojas son pegajosas
como la miel, produce resina que es aprovechada en perfumería. Si tocas sus
hojas te dejará su recuerdo para que no la olvides, esa sustancia se denomina
ládano. Tiene un aroma fuerte y tranquilizador que nos recuerda al bálsamo. Las
abejas se sienten atraídas elaborando la riquísima miel de JARA.
Este
tipo de jara no es pringosa a diferencia de la jara blanca, ya en su día os informamos de la existencia de una
única especie de JARA BLANCA en nuestra sierra la cual visitamos en todo su
esplendor la pasada primavera, esperemos se conserve y reproduzca pues, era una
especie muy grande y bonita.
Un
saludo.
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