El auge actual que vive el
turismo de naturaleza, ecoturismo, turismo o mil apelativos más con que le
deseen rebautizar los teóricos en esto de la promo, supone una oportunidad más que notable para
que aquellos municipios cuyo principal recurso es un medio natural bien
conservado pueden tener un buen argumento para ser visitados. Para ser
conocidos, para que el público se pregunte por ellos…para situarse en el mapa,
vaya.
Existe un público ávido de
emociones fuertes que cada fin de semana se calza unas botas de trekking y
busca un lugar donde huir del estrés urbanita que les ahoga de lunes a viernes.
Respirar…encontrarse a sí mismos. O Simplemente contemplar paisajes y fauna
novedosos.
Este reducido (pero
creciente) público, normalmente gusta alejarse de aquello más transitado y
buscarse las habichuelas ellos mismos. Pero el hecho de que un municipio o
territorio posea unos parajes bien conservados supone no sólo una oportunidad,
como hemos dicho, sino una responsabilidad.
Pongámoslos en conocimiento
para todos aquellos interesados. No se trata de convertir nuestro monte en una
romería. Tan sólo de que se sepa de nuestra existencia y de lo que podemos ofrecer.
¿ Por qué homologar un
sendero? Vaya por delante que no es
ni un objetivo ni un capricho llenar el monte de señales, pintura y paneles
como si fuera una casita de muñecas. Todo, absolutamente todo, ha de cumplir
una función. Si no es absolutamente imprescindible…dejar que hable la
naturaleza, que ella sabe muy bien
expresarse.
Caminos y senderos ya
existen. La Ruta,hay que crearla. En este caso, nuestra finalidad es
articular un itinerario que recoja los lugares más significativos del Espacio natural que recorre de un modo
accesible y atractivo; en muchos casos de modo circular para que el senderista
siempre tenga ese estímulo de la sorpresa cuando dobla un recodo del Camino.
Las subidas a Montañas están muy bien, pero una vez que se ha llegado a la
Cima, nos hemos hecho la foto,y nos hemos recreado en nuestra hazaña; el
regreso por el mismo sitio parece que tiene poco que ofrecernos. El objetivo
de una Ruta senderista es que sea interesante de principio a fin.
Se señaliza, se ponen
balizas, se pinta para que el visitante en todo momento tenga la seguridad de
que va por el Camino correcto. Nuestras señales son el guía. Los paneles ayudan
a la Interpretación del Patrimonio, tanto natural o cultual, aportando
información y datos que el visitante seguramente desconocía. Sabemos que hemos
señalizado bien cuando realiza el sendero alguien que jamás ha estado en ese
Monte…y ni se pierde ni duda. Por eso no debemos dar por supuesto que todos los
que harán el sendero tendrán la orientación de un indio Mohicano. Un
señalización poco clara podría ser incluso peligrosa.
Homologar un sendero es
darle un plus de calidad. Una garantía para el visitante de que no va a acabar
perdido en medio de la nada, porque hemos pasado unos controles. Una eficaz
medida de difusión, puesto que supone
formar parte de una red que abarca todo el territorio Nacional, por
medio, en primer lugar, de la página web de la federación de Montaña y de otras
muchas de promoción turística.
Supone una oportunidad no
sólo para que se conozca nuestro medio natural, sino también para dar a conocer
otros aspectos que la localidad podría ofrecer, ya sea de carácter monumental y
arqueológico; festivo, agrícola, gastronómico, etnográfico…Unamos ese sendero,
ese medio natural, al resto de los recursos que posee ese territorio. Las
culturas siempre han crecido en torno a un ecosistema que las ha moldeado.
Vendámoslo como un todo.
La seguridad que otorga un
sendero Homologado a menudo atrae a público menos especializado: Grupos de
amigos e incluso familias (dependiendo de la dificultad de nuestro sendero).
Esta gente es fácil que después de la Ruta quieran darse un paseo por la
localidad, comer algo (Y tenemos muchas delicias que ofrecer); o como mínimo
tomarse algo fresco en el bar del
pueblo. Ingresos directos, y sobre todo buena publicidad si han sido bien tratados
y no se han encontrado con el típico carahogaza borde que les recitó “aquí no
hay nada de comer”.
El conocimiento de nuestros
recursos naturales también va a hacer posible que se cree una conciencia para
su mayor protección, y las autoridades tomen medidas (control de la caza,
acceso a caminos públicos, restauración de la masa arbórea autóctona, puesta en
valor de restos arqueológicos, etc).
La naturaleza es el mejor
maestro posible, nosotros lo único que tenemos que hacer es saber dónde
encontrarle. Un sendero Homologado es algo muy positivo para una localidad si
le damos un trazado atractivo. Y nuestro PR-TO 23, lo es, en palabras de
especialistas. Veamoslo como un Patrimonio que cuidar y del que estar
orgullosos. A ello estamos dedicando nuestro esfuerzo y trabajo.
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